¿Qué hacer cuando pierdes el carnet de conducir y cómo renovarlo?
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La lluvia es uno de los mayores riesgos que pueden abordarnos en la carretera: calzadas mojadas, poca visibilidad, más tráfico… La conducción requiere en estos casos, más que nunca, nuestro cinco sentidos puestos en la carretera. Estar preparado y saber qué hacer si nos pilla de imprevisto (o no) puede ayudarnos a mantener la seguridad en todo momento. Por eso, hoy te damos una guía completa con todo lo que necesitas saber para conducir con lluvia.
Cuando la calzada está mojada, la adherencia de los neumáticos al asfalto disminuye considerablemente, con lo que el riesgo de deslizamiento aumenta. Por eso, debes reducir la velocidad alrededor de un tercio conforme a lo habitual, especialmente en curvas cerradas o zonas con baja visibilidad, a fin de controlar mejor el vehículo.
La visibilidad es otro de los factores que se ve afectado especialmente en días de lluvia. Por eso, debes circular siempre con las luces de cruce y las antinieblas traseras encendidas. Con ello, conseguimos no solo ver mejor la carretera, sino hacernos visibles para el resto de los vehículos.
Unido a lo anterior, recuerda señalizar con bastante antelación todas tus maniobras. En días de lluvia, los tiempos de reacción deben ser más largos para evitar hacer movimientos bruscos o improvisados, por lo que debes avisar a los demás conductores antes de lo que lo harías normalmente.
La suavidad es una de las claves de cualquier conducción eficaz, más aún en los días en que la calzada está mojada. Evitar frenazos, acelerones o movimientos bruscos e improvisados es fundamental para mantener, en todo momento, el control del coche.
Son uno de los mayores peligros al conducir con lluvia. Cuando nos encontramos con un charco, debemos evitarlo en la medida de lo posible. Por una parte, como ya hemos explicado, la adherencia de los neumáticos se ve mermada de manera importante en superficies mojadas. Pero, además, desde el coche no podemos apreciar la profundidad del charco, o lo que este puede esconder (grietas, baches, elementos punzantes,…).
Las rayas de señalización vial pintadas en blanco, así como los pasos de peatones, son más resbaladizos que el resto de la calzada. Por eso, especialmente en días lluviosos, es importante que recuerdes no pisarlos. Para ello, frena con tiempo frente a los pasos de cebra y mantén la atención para evitar que alguna de las ruedas pise las «rayas blancas».
Siempre que sea posible, intenta pisar las huellas de los coches que van delante de ti. Gracias al contacto de los mismos, la zona de la calzada que han pisado está más seca que el resto, por lo que es más segura para ti.
Los días de lluvia suelen venir acompañados de tráfico intenso y grandes atascos. Por eso, es fundamental que mantengas la calma y te conciencies de que, quizás, vas a pasar más tiempo en el coche de lo que te gustaría. Mantenerte tranquilo y ser paciente evitará comportamientos agresivos al volante que pueden llevarte a perder el control del vehículo.
[bctt tweet=»¿Sabéis cómo conducir bajo la lluvia? ¡Aquí tenéis todas las claves! «]
Deben procurar siempre mantenerlos en perfecto estado, especialmente en días de lluvia. Por eso, acuérdate especialmente de revisar la profundidad del dibujo de los mismos, que debe ser de 1,6 mm., como mínimo. Dicho dibujo funciona de filtro para ir eliminando el agua de la carretera para evitar deslizamientos o patinazos.
Algunas marcas fabrican neumáticos para lluvia específicamente, aumentando la adherencia de los mismos sobre calzadas mojadas y mejorando así la seguridad de tu coche frente al mal tiempo.
Suelen ser las eternas olvidadas en las revisiones de los vehículos y, sin embargo, pueden llegar a convertirse en nuestras mejores aliadas bajo la lluvia. Asegúrate de que están en buen estado, que no están resecas ni deterioradas y que realizan correctamente su función. De lo contrario, no sólo rayarán el cristal, también pueden comprometer tu visibilidad al volante.
Aunque es fundamental evitar frenazos, en ocasiones es imposible. Si esto ocurre, es importante tener el líquido, los discos y las pastillas de freno siempre a punto. Para ello, controla el desgaste de las mismas cada 10.000 km. aproximadamente, o si notas que la frenada de tu coche no es como debería (por ejemplo, que se modifica la trayectoria, que falta potencia o que el recorrido del pedal ha cambiado). Además, asegúrate de que el líquido de frenos mantiene el punto de ebullición a la temperatura adecuada (por debajo de 165º).
A fin de asegurar la visibilidad, revisa los faros de tu coche antes de conducir con lluvia. Asegúrate del reglaje de los mismos y cerciórate de que no hay bombillas fundidas. No te olvides de revisar también los antinieblas y las luces de emergencia (los intermitentes).
Su función principal es mantener la estabilidad del coche, pero el estado de los mismos afecta también a la distancia de frenado y al control del vehículo. Por eso, es importante que revises el desgaste de los mismos con frecuencia, especialmente para conducir con lluvia, dado que unos amortiguadores desgastados dificultan mantener la estabilidad y trayectoria del coche y provocan que la distancia de frenado sea aun mayor.
El aquaplaning es uno de los mayores peligros de los días lluviosos y consiste en que, bajo el coche, se crea una capa de agua de 0,5 mm. Como consecuencia los neumáticos pierden el agarre y la adherencia al asfalto, lo que deriva en una peligrosa pérdida del control del vehículo.
La causa principal de este fenómeno es circular a una velocidad excesiva para el estado de la calzada, lo que hace que los neumáticos no sean capaces de evacuar el agua que se filtra por debajo de los mismos. Para combatirlo, hay una regla principal: no frenar. Disminuye gradualmente la velocidad levantando el pie del acelerador con suavidad y mantén la trayectoria del coche. Sólo cuando hayas recuperado el contacto con el suelo, puedes pisar el freno.
Con esta guía, estás preparado para combatir el agua en la carretera. Al final, la clave para conducir con lluvia se resume principalmente en un consejo: extremar todas las precauciones. Y recuerda que, cuando las condiciones de la calzada son adversas, todo peligro se multiplica.