Hay elementos del coche que quizás a veces olvidamos, y que son realmente importantes para circular con seguridad. Es el caso, por ejemplo, de los limpiaparabrisas: esos inigualables aliados cuando la lluvia te sorprende en la carretera y en los que poco pensamos si no nos hacen falta. Sin embargo, recuerda que un buen cuidado de tus limpiaparabrisas es fundamental para mantenerlos siempre en buen estado y que, cuando los necesites, sean lo más eficaces posible.

Cuidados para tus limpiaparabrisas

Para alargar la vida de los limpiaparabrisas y asegurarte de que su eficacia se mantiene durante más tiempo y son cuidadosos con tu luna delantera, hay algunos trucos y cuidados diarios que te recomendamos seguir. Estos son algunos de ellos:

  1. No utilices los limpiaparabrisas cuando la luna delantera está seca, ya que esto puede rayar el cristal y, al mismo tiempo, estropea las escobillas del limpiaparabrisas.
  2. Muy relacionado con lo anterior, no olvides que debes controlar los niveles de líquido limpiacristales con regularidad, y utilízalo siempre que actives tus limpiaparabrisas.
  3. Evita utilizar agua con mucha cal en tu líquido limpiacristales, ya que esta podría obstruir los eyectores del agua. Por eso, cuando vayas a rellenarlo, no utilices agua del grifo, ya que el contenido en cal de esta es bastante más alto que el del agua embotellada.
  4. Asegúrate de que la luna está despejada antes de activarlo: retira las posibles hojas secas, papeles y otros elementos que hayan podido quedar acumuladas entre el cristal delantero de tu coche y el capó para evitar que el limpiaparabrisas las arrastre.
  5. Ten cuidado con las heladas y la nieve. Recuerda que si está prevista una nevada debes levantar los limpiaparabrisas para que estos no se queden pegados al cristal y así evitar que estos rayen o quiebren la luna. Otro buen truco para estos casos es colocar un cartón entre la luna y el parabrisas cuando sepas que va a nevar.
  6. Si la luna está congelada, no debes utilizar los limpiaparabrisas.
  7. Limpia las varillas y escobillas con regularidad, y sustitúyelos cuando corresponda.

Cómo limpiar el limpiaparabrisas

Es muy importante que los mantengas siempre limpio. Para ello, es recomendable que lo limpies, como mínimo, una vez al mes (e incluso más si ves que tu parabrisas se ensucia cuando los activas, o si las condiciones meteorológicas son adversas y han podido provocar que estos se ensucie más de lo habitual).

Para hacerlo, puedes utilizar un trapo o paño húmedo y un poco de alcohol o desinfectante. Pásala suavemente por las escobillas del parabrisas, asegurándote de que retiras la suciedad y el polvo que se hayan acumulado en las gomas, y listo.

¿Cada cuánto y cómo cambiar los limpiaparabrisas?

Además de limpiarlos con asiduidad, debes cambiar las gomas de los limpiaparabrisas una vez al año, ya que con el tiempo y el uso pierden su eficacia. A la hora de hacerlo, recuerda buscar unas escobillas compatibles con las de tu coche.

Una vez que las tengas, puedes realizar el cambio de tus limpiaparabrisas tú mismo. Para ello, solo tienes que seguir estos pasos:

  1. Pon los limpiaparabrisas en posición vertical para que sea más sencillo. Para ello, debes encender el motor, activar este elemento del coche y pararlo cuando estén en la posición que buscas.
  2. Retira las escobillas antiguas. Para ello, lo primero que tienes que hacer es consultar las instrucciones del fabricante de tu vehículo, ya que no todos los limpiaparabrisas tienen el mismo sistema de extracción y es mejor asegurarte de que lo haces correctamente. Una vez consultadas, recuerda que a la hora de extraer la goma del brazo de tu limpiaparabrisas, más vale maña que fuerza.
  3. A continuación solo tienes que colocar las nuevas. Para ello, normalmente lo que deberás hacer es repetir el proceso de extracción, pero a la inversa.
  4. Asegura que las nuevas escobillas están fijadas en el brazo del limpiaparabrisas y no se saldrán cuando los actives. Prueba y asegúrate primero con el coche sin arrancar, simplemente tirando de ellas para asegurarte de que no se mueven. Después, enciende el motor del vehículo y actívalos para comprobar que todo funciona como debería.

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